viernes, 21 de septiembre de 2007

Manifiesto subjetivo sobre la subjetividad


Me entristece que pienses que soy alguien que no quiero que veas. O que pienses que soy lo que soy a partir de lo que ves, que me mires mal por eso, que te cierres. Y lo peor de todo, que no me des la oportunidad de demostrarte lo contrario. Tal vez, me duela más pensar que, alguna vez, imaginé que, podía compartir mi bagaje histórico, del contexto que me forma y, consecuentemente, quien soy hoy. Para luego descubrir el tuyo y ser felices inundados de diferencias.

Propongo pisotear el albergue que estereotipa mi persona, ponerle una bomba al mito de los ojos claros, derrumbar la jerarquización de las personas solo por que lo veas diferente a vos.

Nótese el sentido reversible de la significación de mis palabras que se re-significan, si se ve de ambos lados.

No importa si soy hombre o mujer, joven o de avanzada edad, de test morena o blanca, de ojos claros o marrones, de Belgrano R o Ciudadela, de Buenos Aires o de otra provincia, de terreno baldío o de balcón francés de un departamento contrafrente, de mate o de café, de Boca o de River, de pastas o asadito, o simplemente vegetales, de vestimenta formal o de Jean y zapatillas, con un buen laburo o sin laburo, con muchos amigos o pocos.

Solo quiero formar parte de tu vida y vos de la mía y, así, transformar y construir, de una vez por todas, esta impronta de que se puede ser feliz en la realidad en la que vivimos. ¿Te sumas?