martes, 24 de abril de 2007

Cómo llegamos hasta acá...

Si la locura hace que las expresiones imprevistas surjan del más recóndito inconsciente, permite que ante la circunstancia de ser conocida mi locura, se enuncie sin barreras y sin prejuicios. Si el antagonismo de la locura es estar sano, entonces mis discursos estarían limitados al sentido común, a lo que marca esta cultura y esta sociedad. Entonces, mi enfermedad es más digna. Soy libre, sin restricciones. Aquellos que dicen estar sanos, en consecuencia, viven su cultura totalmente enmarcados por su contemporaneidad y en su mayor expresión de inconsciencia.

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